El sector automotriz tiene una gran relevancia a nivel mundial debido a su impacto económico y su papel como motor de desarrollo industrial. Esta industria no solo genera millones de empleos directos e indirectos en todo el mundo, sino que también impulsa el progreso tecnológico y la innovación. Las empresas automotrices y sus cadenas de suministro contribuyen de manera significativa al PIB de muchos países, fomentando la inversión y el comercio internacional.
En México no es la excepción. Este sector representa un pilar económico clave. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la industria automotriz aporta cerca del 4% del PIB nacional y el 20.5% del PIB manufacturero. Emplea a más de 900,000 personas de manera directa y genera millones de empleos indirectos. México se ha consolidado como el séptimo productor de vehículos a nivel mundial y el líder en América Latina. Las principales compañías automotrices globales cuentan con plantas de producción en el país, lo que ha impulsado el desarrollo de una sólida cadena de suministro de clase mundial que abarca desde la manufactura de autopartes hasta la logística de exportación.

La ubicación estratégica de México, cercana a Estados Unidos —uno de los mercados de automóviles más grandes del mundo—, junto con la calidad de su fuerza laboral y su amplia red de acuerdos comerciales, han convertido al país en un destino altamente atractivo para la inversión en el sector automotriz. Además, la industria mexicana ha demostrado una gran capacidad de adaptación a las tendencias globales y a las innovaciones tecnológicas, lo que ha fortalecido su posición en el mercado internacional.
Uno de los factores que ha impulsado a esta industria es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que implementó nuevas reglas de origen. Estas exigen que el 75% de los componentes de un vehículo sean fabricados en América del Norte para calificar para el libre comercio, un aumento respecto al 62.5% que se requería bajo el TLCAN. Asimismo, establece que entre el 40 y 45% del valor del vehículo debe ser producido por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora. Estas medidas buscan fortalecer la industria regional y promover mejores condiciones laborales.
Estas disposiciones no solo fomentan una mayor integración de la cadena de suministro en América del Norte, sino que también buscan elevar los estándares de producción y laborales en la región. Para México, el T-MEC representa una oportunidad para consolidar su liderazgo en la manufactura automotriz y atraer nuevas inversiones que busquen aprovechar los beneficios del tratado y del fenómeno del nearshoring.
Dentro de este contexto de crecimiento y grandes oportunidades, el sector automotriz en México también enfrenta retos importantes en materia de sostenibilidad. La transición hacia la movilidad eléctrica y la reducción de emisiones de carbono son imperativos globales que demandan transformaciones profundas. Otro desafío clave es la gestión de residuos y la eficiencia en el uso de recursos. Las plantas de producción deben adoptar prácticas de economía circular, como el reciclaje de materiales y la reducción de desechos, además de invertir en tecnologías que permitan una producción más limpia y eficiente.
A continuación, se presentan algunas de las principales acciones que la industria automotriz en México está implementando para atender estos retos:
Promoción de la economía circular y el reciclaje
Muchas empresas automotrices están invirtiendo en tecnologías y procesos para reciclar materiales, como metales, plásticos y otros componentes utilizados en la fabricación de vehículos. Las plantas de ensamblaje, por ejemplo, están incorporando prácticas de reciclaje para reutilizar acero y aluminio, materiales altamente reciclables que constituyen una parte importante de la estructura de los automóviles.
Asimismo, varias compañías están apostando por el uso de materiales sostenibles y reciclados en la producción de vehículos. Otras están explorando modelos de negocio basados en la economía circular, como el remanufacturado de piezas y componentes para extender su vida útil.
Eficiencia energética y uso responsable del agua
Las plantas de producción están implementando programas de eficiencia energética con el fin de reducir el consumo de energía y minimizar las emisiones de carbono. También están adoptando prácticas para la reducción y el manejo responsable de residuos, además de reciclar el agua utilizada en los procesos de producción.
Colaboración con proveedores y otros sectores
La industria automotriz trabaja en conjunto con proveedores y sectores aliados para desarrollar cadenas de suministro más sostenibles. Estas iniciativas incluyen la búsqueda de fuentes responsables y sostenibles de materiales y componentes, así como la creación de tecnologías y procesos que promuevan el reciclaje y la reutilización.
El sector automotriz es un componente vital de la economía mexicana y desempeña un papel estratégico dentro del marco del T-MEC. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos en su camino hacia la sostenibilidad. La colaboración entre gobierno, empresas y sociedad es esencial para superar estos retos y garantizar que la industria continúe siendo un motor de crecimiento económico y desarrollo sostenible.

Enfrentar estos desafíos con innovación y responsabilidad permitirá que México no solo mantenga su liderazgo en la producción automotriz, sino que también avance hacia un futuro más verde y sostenible.